Tecnología sin objetivos es tirar el dinero
En los últimos tiempos vemos a muchos fabricantes o mejor dicho desarrolladores de aplicaciones tecnológicas y herramientas digitales que seducen a los técnicos de las administraciones con promesas de ahorro de tiempo y de trabajo a través de sus aplicaciones… Se trata de comerciantes de expectativas, personas que saben de negocio mucho más que de políticas públicas, pero que implementan soluciones tecnológicas para todo tipo de gestiones sobre todo en el ámbito local… Son los que llenan de herramientas los ordenadores de los distintos servicios administrativos sin que se lleguen a usar nunca, o al menos sin que se lleguen a usar con criterio y unos objetivos.
Estamos refiriéndonos a todos los que implementan herramientas por ejemplo para la participación ciudadana, o digitalizan rutas turísticas , o procesos de la administración y que llevan en su portafolio un surtido de productos que sirven para todo y para todos… y que una vez que lo han vendido olvidan decirle al comprador que esas herramientas solo tienen sentido si toda la estructura de su organización se involucra aportando datos permanentemente y realizando análisis de esos datos, cosa para la que pocas organizaciones están preparadas, ya que fueron concebidas para gestionar, no para planificar ni para evaluar.
El lobby informático
Estén atentos, ninguna herramienta digital va a mejorar un servicio que no funcionase previamente, ni por supuesto va a proporcionar asistencia ni información sin antes nutrirla de datos por un equipo capaz. Las lógicas que articulan el funcionamiento de las administraciones públicas son de una naturaleza completamente distinta a las que mueven a las empresas privadas, en las primeras los técnicos informáticos actúan como un lobby que controla todos los procesos y accesos y que se arroga el derecho a decidir qué hay que mejorar y cómo hay que hacerlo.
Antes de buscar una solución digital para un problema deben asegurarse que ese problema o demanda existe, huyan de la falacia del “hagámoslo y lo usarán” en el que caen muchos profetas digitales… Antes de lanzar un desarrollo y sobre todo antes de comprarlo si es usted un responsable público, piense en cual es su objetivo: Hacerse una foto al lado de una tecnología para presumir de moderno? O ahorrar dinero y tiempo a sus ciudadanos?